
Láseres, alineadores y Zoom: Svetlana Polyakova sobre las maravillas de la odontología moderna
Candidata en Ciencias Médicas, dentista practicante y directora del centro dental «Medklasik+», Svetlana Polyakova avanza con confianza con los avances tecnológicos, e incluso los anticipa. Precisamente, Polyakova fue una de las primeras en utilizar tecnologías láser y 3D en odontología y hoy en día afirma con seguridad: «Los pacientes ya no temen al dentista. Saben que las tecnologías modernas trabajan rápido, con precisión y casi sin dolor».
Hablamos con Svetlana Vladimirovna sobre cómo ha cambiado la odontología en los últimos 10 años, qué preocupa más a los pacientes (spoiler: la comida), en qué se diferencian los alineadores de los brackets, y por qué los carillas no son algo temible. La conversación resultó no solo profesional, sino también realmente viva.
¿Cómo ha cambiado la odontología en los últimos 10 años?
En la última década, la odontología ha vivido una verdadera revolución. Antes, las tecnologías láser eran una rareza — llevo más de 20 años trabajando con láseres y fui una de las primeras en aplicarlos en Rusia —, pero ahora se han convertido en herramientas comunes en la mayoría de las clínicas.
Pero el avance principal ha sido las tecnologías 3D. Han cambiado radicalmente nuestro abordaje a la diagnosis y el tratamiento. Ahora podemos ver cada diente en detalles minuciosos, planear una operación con antelación, mostrarle al paciente el resultado incluso antes de empezar el tratamiento. Esto no es solo una imagen atractiva, sino una precisión que antes era inaccesible.
Han surgido numerosos métodos nuevos, los materiales son más duraderos y estéticos. Lo que hace unos años parecía fantasía, hoy es una realidad cotidiana.
¿Qué preguntas hacen más los pacientes?
Saben, hay una pregunta que se repite en casi todas las consultas: «¿Cuándo puedo comer?» La plantean aproximadamente el 90% de los pacientes, y es comprensible: la comida es una necesidad básica, y a la gente le preocupa cómo afectará el procedimiento su ritmo de vida habitual.
Por supuesto, los pacientes también preguntan por los tiempos de tratamiento: cuándo estarán listas las coronas, cuándo podrán quitarse los brackets o recibir los alineadores terminados. Pero la primera preocupación sigue siendo la comida.
La buena noticia es que las tecnologías modernas nos permiten reducir significativamente las restricciones. Si antes, después de algunos procedimientos, había que esperar horas, ahora, gracias a las estructuras temporales de alta calidad, los pacientes pueden volver a su alimentación normal casi de inmediato o en un máximo de media hora. Espero que pronto este tema deje de ser una preocupación.
¿En qué se diferencian los alineadores de los brackets?
La diferencia es realmente enorme y afecta a todos los aspectos del tratamiento.
El sistema de brackets es una estructura fija que el paciente no puede quitarse por sí mismo. Por un lado, esto garantiza que el tratamiento sigue el plan — colocamos los brackets y sabemos con certeza que el paciente los lleva puestos continuamente. Pero, por otro lado, impone muchas restricciones: no se puede comer comida dura, nueces, manzanas, hay que tener cuidado con las bebidas. Después de cada comida, se requiere una limpieza exhaustiva, de lo contrario, restos de comida se quedan atrapados en el sistema.
Los alineadores, en cambio, representan una filosofía de tratamiento completamente diferente. Imaginen láminas transparentes delgadas, de no más de 0,7 mm de grosor, que se fabrican con impresoras 3D hechas a medida para sus dientes. Son prácticamente invisibles para los demás, se pueden quitar durante las comidas y al cepillarse los dientes. El paciente los usa unas 22 horas al día y, el resto del tiempo, puede vivir con total libertad.
Antes, los alineadores se encargaban en el extranjero — era toda una logística. Actualmente, se producen localmente en instalaciones equipadas con tecnología suiza y alemana de vanguardia, lo que hace el tratamiento mucho más accesible y rápido.
La única limitación es que, en casos muy complejos, aproximadamente en un 10% de las situaciones, los alineadores pueden no ser suficientes. Pero estos son realmente casos raros y poco habituales.
¿Es cierto que los alineadores son menos efectivos que los brackets?
Estoy totalmente en desacuerdo con esa afirmación. Durante años de trabajo con alineadores, no he tenido ni un solo caso en el que no hayan sido efectivos.
Claro que hay ese 10% de pacientes complicados que requieren intervención quirúrgica — pero son casos excepcionales, quizás uno al año. Para todos los demás, los alineadores funcionan perfectamente.
Además, los pacientes a menudo quedan tan satisfechos con los resultados que piden extender el tratamiento. Incluimos varias correcciones gratuitas en cada plan, si es necesario ajustar algo. Pero hay pacientes que dicen: «Hagamos otra corrección», y yo respondo: «Ya no hace falta, el resultado es excelente».
Los alineadores transparentes crean un efecto especial: los dientes parecen más blancos, brillantes y grandes. Muchos quieren mantener ese hermoso efecto por más tiempo. Imaginen — ¡los pacientes no quieren terminar el tratamiento! Ese es el mejor indicador de la eficacia y la comodidad del método.
¿Cuánto tiempo dura el tratamiento con alineadores en promedio?
Todo depende de la situación clínica concreta — cada paciente tiene sus particularidades. Pero, en promedio, el tratamiento dura de un año a año y medio. En casos raros, especialmente los más complejos, puede extenderse hasta dos años, pero realmente son situaciones excepcionales.
Es importante entender que los alineadores trabajan de manera progresiva y suave — mueven los dientes en la posición deseada sin dañar las raíces ni los tejidos circundantes. Por eso, el tiempo puede parecer prolongado, pero vale la pena por los resultados obtenidos.
¿Con qué frecuencia se puede blanquear los dientes?
Aquí hay que distinguir dos tipos de blanqueamiento. El blanqueamiento en casa, con tiras o férulas con gel, puede hacerse cada 2-3 meses sin problemas.
El blanqueamiento en la clínica, con sistemas como 3LT o Zoom 4, puede realizarse cada seis meses, siendo completamente seguro para el esmalte.
Saben, estos sistemas de blanqueamiento surgieron en nuestro mercado hace unos 20 años, y fui una de las primeras cinco doctoras en empezar a trabajar con Zoom. Entonces, preguntaba a los representantes de la empresa estadounidense: «¿Con qué frecuencia puedo blanquearme?», y la respuesta era sencilla: «Si el paciente está dispuesto a pagar, ¡pue de ser cada mes!». La única restricción era el aspecto económico, no médico.
Con cada tratamiento de blanqueamiento, los dientes se vuelven más blancos, por lo que algunos pacientes buscan un tono máximo de pureza. Recuerdo a una paciente que, al inicio de nuestra práctica, se blanqueó tres veces en dos meses y se sentía fantástica.
Las técnicas modernas son aún más cómodas. El mismo Zoom 4 tiene sistema de enfriamiento, que reduce la sensibilidad dental casi por completo. El procedimiento se tolera fácilmente y con comodidad.

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