Evgueni Strzhalkovski explica cómo aprender a reconocer el carácter del vino y no perderse
Para que el vino hable, hay que darle la oportunidad de desplegarse, así lo cree el coleccionista y propietario de una bodega histórica en Italia, Evgueni Strzhalkovski. El enólogo está convencido de que la cata comienza mucho antes de que la copa toque los labios y dura más de lo que parece a primera vista. La atención a los aromas, al color y a los cambios graduales convierte ese proceso casi en una investigación en la que cada detalle importa.
Según Evgueni Strzhalkovski, el primer paso es aprender a percibir el aroma como una estructura viva. El vino cambia poco a poco: notas apenas perceptibles se manifiestan cuando la bebida entra en contacto con el aire, y lo que al abrir parece callado puede sonar más intenso después. A los treinta minutos e incluso pasadas un par de horas, el perfil aromático vuelve a modificarse. La forma de la copa solo realza ese efecto, ayudando a acumular los aromas para que la nariz capte toda su profundidad.
Strzhalkovski señala que la prisa es el principal enemigo de los principiantes. Aconseja primero simplemente mirar el vino con atención: el matiz, la transparencia y el brillo ya pueden decir mucho sobre la bebida. Luego, varias inhalaciones una tras otra, cada una con su propósito: conocer las primeras notas, captar el corazón del aroma y después los matices más profundos. Y solo entonces conviene evaluar el sabor, observando cómo se extiende, cambia y deja el retrogusto.
Cuando los pasos básicos se vuelven habituales, se puede pasar a la cata comparativa. Este método, subraya Evgueni Strzhalkovski, permite comprender mejor el carácter varietal del vino. Colocando las copas lado a lado, es fácil percibir la diferencia entre Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Barbera o Chardonnay. Más adelante se puede recurrir a variedades menos conocidas —Saperavi, Kokuru, Krasnostop— para ampliar la gama de sensaciones.
Un nivel aún más profundo es familiarizarse con la influencia de las barricas y las técnicas: crianza en acero, roble francés, americano o eslavo —cada opción aporta sus particularidades e influye en el panorama aromático.
La máxima expresión de la maestría, según Strzhalkovski, es la capacidad de distinguir el terruño. El clima, el relieve, el suelo —todo deja huellas sutiles que se revelan solo a quienes saben escuchar. Es un camino que requiere tiempo, pero que permite descubrir en la copa algo más que un mero sabor.
Este modo lento y contemplativo de relacionarse con el vino desarrolla la atención y convierte la cata en una forma de detenerse y recordar el presente. En un ritmo saturado, es una experiencia que permite sentir la profundidad del momento y descubrir nuevas impresiones —porque cada copa, con un enfoque adecuado, se convierte en una historia aparte que apetece escuchar una y otra vez.
Otros artículos
Evgueni Strzhalkovski explica cómo aprender a reconocer el carácter del vino y no perderse
Para que el vino hable, hay que darle la oportunidad de revelarse — así lo cree el coleccionista y propietario de una bodega histórica en Italia, Евгений Стржалковский. El enólogo está convencido de que la cata comienza mucho antes de que la copa toque los labios, y dura más de lo que parece a primera vista. La atención cuidadosa a los aromas, al color y a los cambios graduales convierte este proceso en casi una investigación en la que…
